Saturday, March 26, 2011

howl (2010)



predispuesta a la rotunda nefastéz que implicaría observar a James Franco en el papel de Allen Ginsberg, me animé a ver Howl. Mi morbo, travestido de curiosidad, es mil veces mayor que mis prejuicios; y cuando la predisposición se equivoca, la sorpresa es aún más deliciosa.




Howl es un largometraje, escrito y dirigido por Rob Epstein y Jeffrey Friedman, que compagina cuatro eventos: la lectura pública (por primera vez) de el homónimo poema de Ginsberg, el juicio por obscenidad al que fue llevado el poema en 1957, una perspectiva general de la vida del poeta al lado de sus colegas beats pre y postescritura del poema Howl y una entrevista con Ginsberg sobre su opinión de la literatura y el juicio que al momento de la entrevista aún se lleva a cabo; esto aunado a una desafortunada animación que de vez en vez entra en la película para ilustrar el poema mientras éste es leído por Franco con acento de Ginsberg. En el suceso de la lectura pública, vemos a un Allen Ginsberg apasionado (en blanco y negro), leyendo frente a un grupo de espectadores, entre ellos algunos de sus amigos beateros y Peter, la pareja del autor. El juicio es un análisis del poema con un abogado defensor que, para sorpresa de muchos, es un docto en literatura. Probablemente la parte más rica, o al menos la mejor lograda, es la de la vida del escritor: un plano general de sus relaciones con Kerouac, Neal Cassady, Carl Solomon, entre otros y cómo fue gestándose la Generación del Beat. La entrevista con Ginsberg (James Franco) es también afortunada pues ahonda en la génesis de dicho poema, sus pensamientos sobre el quehacer literario y su opinión sobre la generación de la que formaba parte. El infortunio de la película es la animación, una pésima ilustración forzada del poema. Además de estéticamente horripilante, nada tenía que ver con la forma del poema, con el fondo sí, pues se dedica a mimetizarlo en un intento de caricaturizar los verbos, reduciendo a dibujitos pretenciosos lo que el poema significó para quien hizo la animación.




Contrario a mi prejuicio jamesfranquesco, el actor recrea bien el papel de Ginsberg, la historia está muy bien contada y el recurso de la compaginación de sucesos (salvo por la nefasta animación) es bastante afortunada. Sí vale la pena ver la película, no es tan epifánica como informativa y es en suma interesante ver la gestación de una obra literaria del tamaño de Howl con todos los efectos incómodos que tuvo en su tiempo y la punta de lanza que representó su publicación "obscena". Gracias Allen Ginsberg por escribirlo y Lawrence Ferlinghetti por atreverse a publicarlo.