Saturday, October 25, 2014

"Liquid Sky" (1982)


[ aka las vaginas asesinas ]


Año: 1982  -encore: ola regia-
País: U.S.A.
Director: Slava Tsukerman.
Escrita por: Slava Tsukerman, Anne Carlisle y Nina Kerova.
Duración: 112 minutos.
Idioma: inglés (con opcionales subtítulos en español si no es que ya están habilitados -para ello hay que pulsar la opción de CC en la esquina inferior derecha de la pantalla).




















Thursday, October 23, 2014

[ italo calvino ]









No hay ciudad más propensa que Eusapia a gozar de la vida y a huir de los afanes. Y para que el salto de la vida a la muerte sea menos brusco, los habitantes han construido una copia idéntica de su ciudad bajo tierra. Los cadáveres, desecados de manera que no quede más que el esqueleto revestido de piel amarilla, son llevados allí abajo para que sigan con las tareas de antes. De éstas, los momentos de despreocupación son los que gozan de preferencia: los más de ellos se instalan en torno a mesas puestas, o en actitudes de danza, o con el gesto de tocar la trompeta. Pero sin embargo todos los comercios y oficios de la Eusapia de los vivos funcionan bajo tierra, o por lo menos aquellos que los vivos han desempeñado con más satisfacción que hastío: el relojero, en medio de todos los relojes detenidos de su tienda, arrima una oreja apergaminada a una péndola desafinada; un barbero enjabona con la brocha seca el hueso del pómulo de un actor mientras éste repasa su papel clavando en el texto las órbitas vacías; una muchacha de calavera risueña ordeña una osamenta de becerra.
            Claro está, son muchos los vivos que piden para después de muertos un destino diferente del que ya les tocó: la necrópolis está atestada de cazadores de leones, mezzosopranos, banqueteros, violinistas, duquesas, mantenidas, generales, más de cuantos haya contado nunca ciudad viviente.
            La obligación de acompañar abajo a los muertos y de acomodarlos en el lugar deseado ha sido confiada a una cofradía de encapuchados. Nadie más tiene acceso a la Eusapia de los muertos y todo lo que se sabe de allí abajo se sabe por ellos.
            Dicen que la misma cofradía existe entre los muertos y que no deja de echarles una mano; los encapuchados, después de muertos, seguirán en el mismo oficio también en la otra Eusapia; se da a entender que algunos de ellos, ya muertos, siguen circulando arriba y abajo. Desde luego, la autoridad de esta congregación en la Eusapia de los vivos está muy extendida.
            Dicen que cada vez que descienden encuentran algo cambiado en la Eusapia de abajo; los muertos introducen innovaciones en su ciudad; no muchas, pero sí fruto de ponderada reflexión, no de caprichos pasajeros. De un año para otro, dicen, la Eusapia de los muertos es irreconocible. Y los vivos, para no ser menos, todo lo que los encapuchados cuentan de las novedades de los muertos también quieren hacerlo. Así la Eusapia de los vivos se ha puesto a copiar a su copia subterránea.
            Dicen que esto no ocurre sólo ahora: en realidad habrían sido los muertos quienes construyeron la Eusapia de arriba a semejanza de su ciudad. Dicen que en las dos ciudades gemelas no hay ya modo de saber cuáles son los vivos y cuáles los muertos.














"Las ciudades y los muertos 3".  Las ciudades invisibles. España: Siruela, 1999. 121-122.







La dictadura perfecta (Luis Estrada, 2014)


















Monday, October 13, 2014

[ juan carlos onetti ]













Un tipo u otro de desesperado puro […] no hay más que el desesperado débil y el fuerte; el que está por debajo de su desesperación y el que, sin saberlo, está por encima. Es fácil confundirlos, equivocarse, porque el segundo, el desesperado impuro, de paso por la desesperación, pero fuerte y superior a ella, es el que más sufre de los dos. El desesperado débil muestra su falta de esperanza con cada acto, con cada palabra. El desesperado débil está, desde cierto punto de vista, más desprovisto de esperanza que el fuerte. De aquí las confusiones, de aquí que le sea fácil engañar y conmover. Porque el desesperado fuerte, aunque sufra infinitamente más, no lo exhibirá. Sabe o está convencido de que nadie podrá consolarlo. No cree en poder creer, pero tiene la esperanza, él, desesperado, de que en algún momento imprevisible podrá enfrentar su desesperación, aislarla, verle la cara. Y esto sucederá si conviene; puede ser destruido por este enfrentamiento, puede alcanzar la gracia por este medio. No la santidad, porque ésta está reservada al desesperado puro. El desesperado impuro y débil, en cambio, proclamará su desesperación con sistema y paciencia; se arrastrará, ansioso y falsamente humilde, hasta que encuentre cualquier cosa que acepte sostenerlo y le sirva para convencerse de que la mutilación que él representa, su cobardía, su negativa a ser plenamente el alma inmortal que le fue impuesta no son obstáculo a una verdadera existencia humana. Terminará por encontrar su oportunidad; será siempre capaz de crear el pequeño mundo que necesita, plegarse, amodorrarse. Lo encontrará siempre, antes o después, porque es fatal que se pierda. No hay salvación, diría, para el desesperado débil. El otro, el fuerte, puede reír, puede andar en el mundo sin complicar a los demás en su desesperación, porque sabe que no debe aguardar ayuda de los hombres ni de su vida cotidiana. Él, sin saberlo, está separado de la desesperación; sin saberlo, espera el momento en que podrá mirarla en los ojos, matarla o morir.













La vida breve (Editorial Sudamericana, 1950)

'Encore' by Klaus Nomi (1983)




  



(gracias a las áticas-atenienses manitas que con parsimonia llevaron a cabo el casi extinto ritual de la música por correspondencia para que yo pudiera propagar -y reproducir- desde otro cronotopo uno de mis álbumes favoritos: Encore de Klaus Nomi)









Tuesday, October 07, 2014

[ roberto arlt ]













Aquel que encuentre la mentira que necesita la multitud será el Rey del Mundo.












Los siete locos, 1929.





Monday, October 06, 2014

It-is-happening-again















 






long life al sincretismo fronterizo












Oración Migrante

¡Oh, Santo Toribio Romo! Te ruego
que intercedas ante Jesús, Hijo de Dios,
hoy que tengo que partir a tierras extrañas
para trabajar.

Te pido guíes mis senderos y
acompañes a mis familiares
mientras estoy ausente.
Así sea. 



[sic]