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ahora tengo un revoltijo de cosas que son sólo mis cosas.
...MIS COSAS...
Las únicas COSAS que materialmente tengo; una serie de objetos que no sirven para otra COSA que la mera contemplación. MIS COSAS. Libros, juguetitos, bolsas, lamparitas, chingaderitas que parecen la potencial esquizofrenia de una morrilla índigo sin quehacer. Este solía ser mi rincón favorito de mi ex casa -la casa de mi familia-. Aquí escribí una novela, la mitad de una novela, un libro de cuentos, subí muchas fotos a mi flog, muchos posts al blog, aquí lloré y reí muchísimo. Sola. Aquí llamé por teléfono. Aquí, desde aquí gritaba a mi madre que me dejara en paz. Desde aquí gritaba a mi hermana que me trajera un vaso con agua porfavor de la cocina. Toda mi música y discos se los doné a mi hermana. Ya estoy dispuesta al abandono material de vez en cuando. Este post será ñoño y nostálgico porque ya me cambié de sitio y el nuevo aun está no instalado. Aun saco cosas, reacomodo, pinto, limpio, tiro, recojo. Estoy en un proceso de exfoliación extremadamente humano y necesario. Me deshago de cosas. Las que nunca me pertenecieron. Las que ya no son MIS COSAS. Válgame la puta nostalgia. Ahora resulta que me dan ganas de llorar por ese espacio que hace semanas aborrecí en el caos.
El orden: el orden es un accidente. Y yo nunca he sufrido ni un percance siquiera.
