Tuesday, September 12, 2017

[ blanca varela ]







Hasta la desesperación requiere un cierto orden […]
Hay que saber perder con orden.
[…] una desesperación auténtica no se consigue de la noche a la mañana. Hay quienes necesitan toda una vida para obtenerla. No hablemos de esa pequeña desesperación que se enciende y apaga como una luciérnaga. Basta una luz más fuerte, un ruido, un golpe de viento, para que retroceda y se desvanezca.
     Y ya con esto hemos avanzado algo. Hemos aprendido a perder conservando una postura sólida y creemos en la eficacia de una desesperación permanente.
   Recomencemos: estamos acostados bocarriba (en realidad la posición perfecta para crear es la de un ahogado semienterrado en la arena). Llamemos cielo a la nada, esa nada que ya hemos conseguido situar. Pongamos allí la primera mancha. Contemplémosla fijamente. Un pestañeo puede ser fatal. Éste es un acto intencional y directo, no cabe la duda. Si logramos hacer girar a la mancha convirtiéndola en un punto móvil el contacto estará hecho. Repetimos: desesperación, asunción del fracaso y fe. Este último elemento es nuevo y definitivo.*

 




 *fragmento del poema Del orden de las cosas






'Here no more' by The Breeders (from Mountain Battles, 2008)








sería un cold open y también un súbito final en freeze frame. Una canción cuyos acordes sucederán apenas unos segundos antes que los créditos en un fade out black que no-negro sino-marrón, como un abismo asoleado, un velado negativo para que escurra el sonido de las cosas que la gravedad reclama; será una oración, ventriloquía o lipsync, un mantra para karaoke: Not lost but gone before: here no more, here no more. Each day the long light dims and fades. Not lost but gone before. Creation sinks, mountains bring. Ages born through memory and lore. Upon a saw tall timbers fall: here no more, here no more. The light shines close, echoes low of your sweet voice, I weep and mourn. Upon a saw tall timbers fall: here no more, here no more. Not lost but gone before: here no more, here no more. Each day the long light dims and fades. Not lost but gone before. Each day the long light dims and fades: here no more: here: no more. Abducidos por moléculas de sonido no pensamos en la vida pero, al final de la melodía, nos sorprenderá una rutina luminosa, llena de tiempo y de cosas que iremos confundiendo en la emergencia para luego olvidarlo todo, epifanías anagnórisis apofenias metafísica anoréxica.












Friday, September 08, 2017

[ claudina domingo ]







Ella seguía durmiendo. Su piel es de un moreno muy claro con tonos amarillos, como la madera de pino. Su rostro es fuerte: los pómulos altos y los maxilares pronunciados. Eso le da un aire de varón apuesto, pese a los pechos y labios femeninos. Es como si hubiera dudado, en ese principio de las cosas, entre ser un muchacho delicado o una mujer correosa. Y se quedó dudando, esperando que alguien más tomara la decisión. Tiene los dedos de las manos ocres y lastimados, y sueña: sus ojos, bajo los párpados, se movían como limpiaparabrisas. Abrió un poco la boca y relajó las manos entrelazadas. Me hubiera gustado adelgazar hasta convertirme en un filito de humo y meterme entre sus pestañas a mirar sus sueños.*








*fragmento del cuento El agua invicta