Monday, August 07, 2017

[ severo sarduy ]






Tampoco murió la Enana.
   Escapó en su patatú carioca, aunque, la pobre, más adefésica y escuchimizada que antes, si es posible.
   Desapareció en el delta, cuidadora de perros para barcazas y, según parece, viviendo con ellos, sarnosa y nocturna, ella que era tan pizpireta y presumida.  
   Pero, ver para creer: travestida en varón, con un trajecito de terciopelo blanco y un gran lazo punzó en el cuello, guantes de cabritilla y un perrito personal, chiguagua para no romper las proporciones, y monísimo, hecha un verdadero príncipe arrogante y veleidoso, exigiendo un cambio completo de maquillaje y vestuario a la menor contrariedad, o la substitución de todo el equipo técnico, hoy triunfa en Hollywood.
   Con el pseudónimo tolosano de Hervé de Villechaise, y una biografía mechada con anécdotas hurtadas al curriculum de las grandes estrellas, o al de la nobleza napoleónica, como un verdadero bebé foca, pasó a nado y sin mal la frontera, suscitando el desquicio de los pastores alemanes que vigilan el estrecho río, y que, perturbados por sus olores, comenzaron a babear y a dar vueltas en redondo, tratando, los muy sangrones, de morderse la cola.
   Sin más bagaje que su verborrea y un saco de cuero de bandido siciliano, que ahora substituía, repleto de drogas y de navajas, a la pavosa carterita de galalí con fruticas de brilladera, se personó un día solicitando un empleo de chofer de locomotora, para un trensito de niños, en los estudios más prestigiosos de la Meca del Séptimo Arte.
   Lo contrataron enseguida, pero para protagonizar una serie policíaca. Y en cine sonoro.
   Hoy, con sus veintisiete kilos y esa estatura que justifica el socorrido aforismo sobre el perfume bueno, aparece en una revista americana mostrando sus residencias secundarias, y en las últimas piscinas que disfruta, palanganas deformes que él mismo diseña.
   Se ha casado tres veces, y sus mujeres, de talla normal, aseguran que es un amante excepcional.
   Aprendió a cocinar.












Colibrí (Editorial Diana, 1988. Primera edición).

Friday, August 04, 2017

'Facades' by LIMP WRIST (2017)




 


Hace menos de un año empecé a desarrollar un desfasado gusto por Limp Wrist. Digo desfasado porque cuando los escuché por primera vez, hace quince años, en la capital del universo also known as Monterrey, me pasaron desapercibidos; ese día estaba con un amigo grindcorero-straight edge, en lo que sería su efímero changarrito de piercings dentro de un lugar llamado el Mercado Fundadores, comíamos lonches de aguacate con aguacate, él los estaba preparando. En ese entonces, ambos participábamos en las jornadas críticas contra la globalización por la Cumbre de la ONU que se llevaba a cabo en nuestro pavimentado pueblito. Entre jornada y jornada, tocadas, conferencias, zapatistas y monos blancos, fuimos a comer lonches de aguacate a su lugar. Puso un cassette y me dijo, es la otra banda del vocalista de Los Crudos, se llaman Limp Wrist, está chida, es como homo-core, como powerviolence pero en gay, como straight edge pero con sexo... gay. Esa misma tarde llegaba George W. Bush a la ciudad (a siete meses de haber declarado la abierta guerra contra el terrorismo post 9/11) y Vicente Fox haría la funesta llamada del "comes y te vas" a Fidel Castro. Igualmente, esa tarde las comitivas de Fidel y Bush -con sus escalades negras, blindadas y sus respectivas banderitas cubanas y gringas- se encontrarían en una avenida de la colonia San Rafael, en Guadalupe, Nuevo León. El cassette sobregrabado, pirata, se acabó de un lado y del otro. Salimos, o más bien, emergimos del Fundadores hacia la superficie y mi amigo me preguntó si me había gustado Limp Wrist. Le dije que estaba chido aunque no había puesto demasiada atención ni al aguacate ni a la banda, tenía una suerte de adrenalina de manifestación y había faltado a la facultad durante los días de las jornadas, así que también estaba estresada por eso. Si quieres te grabo una copia, le dije que sí, que después. Nunca pasó. Pasó la historia y sus cosas, los entonces del entonces, una sobreacumulación de instantes y daños colaterales A mi amigo no lo he vuelto a ver desde la fiesta inauguración de su negocio de perforaciones y tatuajes (que ya no existe) en Pino Suárez, ese día también fue la última vez que vi a los Cabezas Podridas.


Tocada del 26 de julio de 2014, en el FED UP FEST, en Chicago, IL.

Hace menos de un año estaba en la Taang!, mi tienda barrial, cueva favorita y fuente inagotable de conocimiento sonoro, y ahí pusieron a Limp Wrist y súbitamente saboreé el doppler del aguacate fantasma humedeciendo el pan, las consignas, mi intentona de hablar en un paupérrimo italiano con los monos blancos, el italiano y el pan, el aguacate y la voz del Guasón diciendo es como homo-core, es como powerviolence pero en gay, como straight edge pero con sexo... gay. Y pensé, es homocore, es gay powerviolence, es gay straightedge. Ahora. Es. Y hace quince años aún era una contradicción, un cassette sobregrabado, pirata, furtivo, entredientes, confesado sólo a lxs flexibles. Empecé a escucharlos, ver tocadas y entrevistas en youtube, me compré una camiseta que dice Limp Wrist/ FAGS HATE GOD, que, by the way, ha levantado polémica cuando me la pongo. (Do you really believe that? What? THAT! It is a QUEERCORE band, sir, I don't know what you're talking about. Silencio. Really? I'll look for them. I hope you like them, they are pretty political). Sobre el desfase en la memoria y el doppler del aguacate, dice Fredric Jameson que, los recuerdos son recuerdos de los sentidos y no de la entidad en su totalidad (el yo), no, más bien dice: memories are first and foremost memories of the senses [...] it is the senses that remember and not the person or personal identity.
La "polémica" camiseta, 'cause you know HATE is not constructive
(btw, si quieren no ser constructivos y tener esta camiseta de Limp Wrist
el gran Brian Stern de Bad Skulls, se las puede serigrafiar on demand.)



Puedes conseguir Facades de Limp Wrist en su bandcamp y apoyar la distribución independiente de su nuevo material. Neta, cada vez que escucho a Martín Sorrondeguy hablar sobre feminismo, activismo latino, trans y queer, punk y género, me dan unas terribles y ñoñas ganas de llorar y me da un chingo de emoción saberlo en este mundo en estos tiempos. Compren el disco, period.