tod@s, siempre que nos toca soplarle a las velitas del pastel en nuestro cumpleaños, tenemos una sola idea en la cabeza; la única por lo que, algunas veces, valen la pena los cumpleaños. El deseo.
Y alguien debe ser so freaky para olvidarlo ¿no?
Pero hoy es su cumple. Así que todo se le perdona.