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con mi amigo Tolstoi
General, usual y rutinariamente, camino con Tolstoi por las mañanas (léase con orgullo recién valorado); me despierto, le doy de comer y salimos a caminar un rato. Por mi casa hay un mirador bien cochino pero la vista vale la pena. Semiterminamos el recorrido ahí. Vemos que la ciudad sigue igual, a la izquierda un cerro desértico que es el otro lado, al centro el centro de la ciudad y a la derecha el barrio (aunque el orden de los lados no es alegórico). Esta es una vista completa de mi panteísta visión de Tijuana todoslosdías. Todo está bien, ambos pensamos, y entonces regresamos a la casa, él a jugar y ver a la gente que pasa por la calle desde la puerta, yo a tomar un café, revisar mi correo y a terminar las actividades del día. Anyways, que aunque tengo meses de esta vista, nunca la había compartido con ustedes, sólo con los amigos que se quedan en mi casa y al día siguiente me acompañan en la caminata tijuañera.