con la sensación de una réplica sísmica. Nunca había tenido tanta consciencia del ser-estar; lo que soy y dónde estoy fundiéndose en una masa de plastilina que no sólo une colores distintos, sino opuestos. La idea de mí, vista en gran angular. Aún hoy es un doppler del espectro. Es decir: soy-estoy mujer. Y puede parecer torpe que algo tan simple tenga esa espesa iluminación que ahora mismo sigo digiriendo. Soy-estoy mujer y eso nunca me había sucedido. La química general sugiere un estrés por ansiedad: bajar de un elevador incrédula de que la tierra es firme. Yo me autodiagnostiqué mujer, que en este país es un padecimiento.