foto: Liza Ampudia [extra]
A quince años de su rodaje en Rosarito, B.C., este reportaje sobre Titanic, desde la perspectiva de los extras para VICE.
imágenes: Omar Pimienta
Si el multimillonario rodaje de Titanic (1997) con un presupuesto de más de 200 millones de dólares, la colocaba como la película más cara de la historia hasta ese momento, la adquisición de un terreno de 161,874 metros cuadrados en Rosarito, Baja California, por parte de Fox Studios, fue la cereza en el pastel de James Cameron.
Para el rodaje de la película no se rentó una locación, sino que se
compró una en la que se invirtieron 57 millones de dólares, para ahorrar
costos. La idea era perfecta: reducir enormemente la inversión
adquiriendo un terreno en México y contratando mano de obra mexicana,
además no habría que desplazarse al otro lado del mundo, sino a cuatro
horas de Los Ángeles, hacia el sur de Tijuana.
Además, adquiriendo el terreno, Fox tendría una locación propia en un lugar, hasta entonces cuasi prístino,
con una maravillosa vista del Pacífico donde podría filmar más
películas, sin necesidad de rentar locaciones paradisiacas en otras
partes del mundo. El beneficio sería para ambas partes; la idea era
crear una relación simbiótica que también dejaría una derrama económica
en el municipio bajacaliforniano.
Abordar el Titanic no sólo fue el sueño de Jack Dawson, también
el de miles de habitantes de Baja California que buscaron salpicarse un
poquito con el hundimiento del barco. Taquerías, restaurantes, bares,
hoteles, carpinteros, herreros, meseros y un sinfín de comerciantes y
civiles que fungieron como extras, se verían beneficiados con la
producción. [Leer más...]