ahora que
la opinión general de este país ha decidido acribillar virtualmente a Florence Cassez
por la resolución de “liberación inmediata” que dictó La Suprema Corte de
Justicia de la Nación. Nunca es tarde para educarnos, pues aunque este libro
apareció en 2009, en su versión francesa (“Peines mexicaines: Florence
Cassez, Jacinta, Ignacio et les autres”, Editions Générales First), existe una traducción al español
que Grijalbo publicó en 2010, bajo el título “Fábrica de culpables” (escrito en coautoría por los periodistas franceses: Alain Devalpo y Anne Vigna). En Fábrica de culpables no solamente se indaga sobre el caso Cassez, pues éste se
compagina con otros dos casos repletos de irregularidades: Jacinta
Marcial e Ignacio del Valle (Atenco). La investigación de los autores echa luz
sobre el cutting room floor mediático que no fue transmitido en cadena nacional (ni retwitteado en Twitter ni compartido en Facebook).
En dicha
investigación no hay un juicio sobre la presunción de inocencia en cualquiera
de los tres casos, sino serios cuestionamientos hacia los procesos y su presunción de culpabilidad. La siembra, el montaje, la tergiversación,
el cambio de argumentos y declaraciones, las presiones y amenazas, la violación de derechos humanos y
penales y un sinfín de irregularidades que no presumen la inocencia de los
implicados (Cassez, Marcial y del Valle), sino la facilidad y la indiferencia
con que se fabrican culpables en nuestro sistema de justicia, partiendo desde estos tres específicos casos.
Es indispensable,
previo a colaborar con un juicio desde el desconocimiento (tan lugarcomunesco
en nuestra idiosincrasia), leer más sobre el asunto y crear un criterio. Mi
propuesta es darle una oportunidad a este libro. Y adjunto a nuestra lectura,
recordar el peculiar caso de La guerra de los mundos de H. G. Wells, adaptada
como radionovela por Orson Welles1. Tropicalicemos el suceso, aquí la marciana
es Florence Cassez y García Luna nuestro Orson Welles, nosotros somos los
radioescuchas que salimos despavoridos, histéricos, anónimos, a las virtuales calles
de nuestra cómoda y supuesta banda ancha.
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1. El 30 de
octubre de 1938, una adaptación a radio de la novela, La guerra de los mundos
(H.G. Wells), fue transmitida en la estación CBS (Columbia Broadcasting System),
con Orson Welles como narrador. La radionovela fue transmitida como noticia
real, con los sucesos narrativos en la forma de cables de último minuto que
interrumpían la programación musical habitual. Pese a que al inicio de la
transmisión se aclaró que la estructura narrativa que se estaría escuchando no
era sino una forma innovadora de presentar la obra de ciencia ficción, quienes
no escucharon la transmisión desde el inicio, pensaron que estaban siendo
invadidos por naves marcianas que atacaban a las fuerzas gringas con rayos de
calor y gases venenosos. La histeria colectiva no se hizo esperar y pronto una
desinformada multitud de radioescuchas salieron a las calles de Nueva York,
creando pánico y caos.