me dice porqué el mundo no vale la pena. Me siento a escucharla, del otro lado de la pantalla, viendo enajenados emoticones. Son estos sus días. Despertar/conectarme y buscarla entre mis contacts se ha vuelto un ritual. Está ahí; de vez en cuando me dice pero todo suena a larga despedida. Una niña que se sube a decirnos adiós desde el auto. Mano que se agita perenne por el parabrisas cuando el coche no arranca. El auto averiado.
-So steady as she goes-