Son días extremadamente lluviOsos en la ciudad. Ya va para 5 días sin que la lluvia cese ni un poquito. La ciudad no está diseñada para la lluvia, tenemos un pésimo drenaje pluvial y el agua es una pesadilla siempre. Hay dichos populares en el resto de la república que dicen: si quieres matar a un regio, échale agua. Es verdad. Accidentes de coche y hasta ahogados son las consecuencias climatológicas. Las banquetas son rompeolas algunas veces, otras inexisten sepultadas bajo grandes charcos muy muy grandes charcos. Baches y otros etcéteras. Lo bueno de todo esto es que la lluvia no es culpa de nadie y después de meses de sequía, tales inundaciones se minimizan cuando imaginamos cuántos centímetros crecerán las presas.
Nuestra exsequía trajo a la ciudad los osos negros. En busca de comida y agua, varios osos se han visto rondando las colonias de aledañas a La Sierra.
Me hizo recordar que alguna vez, platicando en la cabaña de Paty Laurent en La Huasteca, me decía que había osos, que los señores de abajo le dijeron que había algunos que a veces merodeaban el lugar. Me sorprendí. Luego dijo: ay, pero parecen perros, en México ni los pinches osos hacemos bien (y reímos).
El año pasado, cuando visitaba a Minerva en Zamora, Michoacán, tuve una charla con un español, novio de su vecina. No me acuerdo qué hacía el bato, tampoco me acuerdo de su nombre pero era bastante incrédulo y con una capacidad de sorpresa nula. Hablábamos de Monterrey, salió la charla de osos y él dijo que osos en Monterrey, era una locura: ¡Pero es que eso es imposible! Le juré por Hernán Cortés y Don Diego de Montemayor que yo tenía la boca llena de verdad. Él, negando. Luego abrió en su computadora el Google buscando exhibirme y confirmar su escepticismo. No hubo resultados y su triunfo ibérico me molestó. Hoy me gustaría verle la cara sólo para enseñarle este video y restregarle mi verdad de orgullo Chichimeca.
Hoy sigue lloviendo y los osos regresarán a sus casitas porque ya tienen agua y por ende comida. Probablemente ya no habrá osos caminando por las calles para cuando tú llegues. Pero no importa porque en Monterrey, si no hay osos, los hacemos.