Rosario Sanmiguel:
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Abro un libro y pretendo poblar las horas con situaciones ajenas que me lleven de la mano, con amabilidad, por las páginas de otras vidas.
Callejón Sucre
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Clarice Lispector
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A veces me sentaba en la hamaca para balancearme con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en un éxtasis purísimo. Ya no era una niña más con un libro: era una mujer con su amante.
Felicidad Clandestina
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*dos másters